Camino chamánico
Me llamo Stéphane y los Espíritus me han dado el nombre de Quetzal.
(Re)Nacimiento
Hace muchos años, durante una hermosa semana de verano, el redondo y maternal vientre de una yurta, en el corazón del bosque, me vio nacer por segunda vez: Mi alma desnuda, renovada, depositada en los brazos de la Tierra Madre, abierta de repente a todo lo que vive, a todo lo que existe, asombrada por su propia ligereza, mi profundo y verdadero ser sintiéndose llamado a honrar su camino entre las personas, los arboles, las piedras, los animales, las estrellas y el viento.
Desde entonces, ha habido tantas aventuras chamánicas, iniciaciones, caminos de aprendizaje llenos de caos y éxtasis, muertes y renacimientos, regalos maravillosos, y tantos viajes por la gran Red de la Vida, que sinceramente ¡ tengo la sensación de haber vivido mil vidas en una ! Son todas esas energías mezcladas en mi caldero que tejen los talleres de chamanismo que propongo y las sesiones individuales chamánicas que hago. ¡Que te ayuden a irradiar lo que eres!
Agradecimiento
Siento gratitud infinita hacia todos los Espíritus benévolos que me acompañan, mis maestros, la Vida, la Tierra Madre y los Ancestros. Os agradezco por todo lo que he recibido, lo que recibo y lo que recibiré.
Estoy muy feliz de que la energía chamánica lleva y da color a mí vida, feliz de poder crecer con ella y feliz de poder compartirla contigo, ofrecerla, transmitirla, verte florecer, como un barquero ayudándote a cruzar la orilla.
¡Que el Amor y la Paz caminen sobre nuestros pasos!
¡Mitakuyé Oyasin! (¡Estamos todos conectados!)
“Soy Quetzal, hijo de locas semillas y de otros lugares
Soy la arcilla modelada y el barro del camino
Soy las semillas en la tierra de mi alma, la Fuente que las abreva y el Sol que las hace crecer
Soy a veces la pequeña luz en la oscuridad y a veces el aliento que la apaga
Soy la barca del gran río y los susurros de los Ancestros
Soy el canto de las piedras y la danza del cuerpo bajo la luna
Soy el espejo en el círculo del agua y el ojo que se ve allí
Soy un hombre con corazón de mujer
Soy la muda de lo caótico que desea convertirse en un hermoso Ancestro
Soy el tambor que me lleva y los cantos que me atraviesan
En mi corazón yace la Gran Serpiente, la que a menudo se muda
En mi corazón está el diamante de la Dama, la que cuida al niño
Soy todos estos caminos, y tantos otros más
Soy Quetzal, hijo de locas semillas y de otros lugares…”